viernes, 14 de mayo de 2010

Capitulo 2 -Confesiones-

Capitulo 2


~Confesiones~



La alarma hizo que me despertara de un salto, me puse de pie y fui a ducharme, me lave los dientes y baje a desayunar.

-Hola, hija buenos días – saludo dulcemente mi mamá.
-Hola mamá.
-Toma tu tazón de cereal, vas a irte en tu auto o ¿tomaras el autobús?
-Me iré en mi coche.
-Está bien.

Termine de desayunar, y mi hermana ya se iba. Saque el auto del garaje y lo encendí puse el motor en marcha y conduje hasta llegar al colegio.
Estacione mi decrepito auto, un tributo a la era de piedra. En el camino hacia adentro me encontré con Liz, la co capitana del cuadro de porristas, estaba segura de que me preguntaría por Derek.

-Hola Alice – sonaba demasiada falsa como de costumbre.
-Hola – le devolví el saludo.
-Me preguntaba...
-Si.
-Si podrías, hablarle al chico nuevo, es que es tan guapo.

Quería arrancarle la cabeza, por alguna extraña razón, sentía unos celos enormes. Un calor recorrió todo mi cuerpo y las manos me temblaban.

-¿Entonces?
-¿Por qué me lo pides a mí?
-Es porque solo habla contigo y como nadie nunca te habla, pensé que podías no sé, elogiarme en sus platicas.
-Ah está bien, lo intentare – mentí
-Vale, está bien.

Había sido la peor conversación, no sabía si mencionarle a Derek lo que había dicho Liz.

Entre a la primera clase física avanzada. Como era de esperarse Derek se sentó a mi lado, siempre me sentía bien a su lado, era una emoción hermosa, que jamás había sentido. – hola. Su hermosa voz acaricio mi rostro.

-Hola.
-Me da gusto volverte a ver.
-Gracias – no sabía que contestar, no iba a decirle que me gustaba, que su simple presencia me hacia feliz.
-Podemos, hablar cuando termine la clase – me dijo en un susurro.
-Está bien – murmure.

¿Qué me diría?, me asustaba pensarlo. No entendía la razón de que él tuviera ese poder sobre mí.

El confundía mis sueños, estaba estancada en el, era como mi criptonita, mi mayor debilidad, ahora mi vida se basaba en el.
La clase paso muy rápido, ni siquiera había puesto atención. ! Basta ¡- pensé, un chico no podía atontarme de esta manera, tal vez solo tal vez era mejor que se fuera con las superficiales y todo el clan de “soy mejor que tu”.

Lo pensé un segundo, pero y si lo perdía si en realidad se dejaba llevar por ese mundo de mierda, al mundo donde pertenecía mi hermana, pero él no me pertenecía, no era mío – egoísta – eso era una egoísta.

Salimos al timbrazo y el tomo mi mano, como si nos conociéramos de toda la vida, como si fuéramos “novios”, se me revolvió el estomago al pensarlo.
-Debemos hablar en privado – me miro profundamente, parecía algo preocupado.
-Sí, pero en donde. En esta escuela hay oídos por todas partes.
-Solo sígueme.
Me llevo al estacionamiento, nos dirigimos a su auto el hermoso BMW convertible era igual de precioso que su dueño, y nos recargamos en la parte trasera del coche.

-Bueno, creo que te lo diré aquí.
-Está bien pero ¿Qué me vas a decir?

Volvió a tomar mi mano, no había notado que su mano era muy cálida.

-Me gustas si, está bien ya lo dije.

Me quede perpleja, acaso había oído bien. Mi corazón palpitaba muy rápido sentía que se me iba a salir. Mi cara se puso colorada, el pánico me inundo. No sabía que responder.

-Pero, ¿Cómo?
-La verdad, es que tú ya me conocías.
- ¿sí?, pero como de donde.
-Aquí mismo, en este pueblo. Teníamos 13 y yo vivía antes aquí. Yo, no hablaba con nadie y cuando entramos a séptimo grado, te vi y la verdad me enamore de ti, si sonara estúpido y solo éramos niños pero en realidad me gustabas, nos tuvimos que ir de nueva jersey y me dije que algún día volvería y al fin te diría que me gustas.

-Ah… pues…
-No, no digas nada.

En serio no sabía que decir, él destino me jugaba una treta. Trataba de buscar en mi cerebro, recuerdos de él, ahora me venía uno, el primer día de escuela, me senté alado de él y ninguno hablaba. Nunca le dirigí la palabra, solo recordaba que mi hermana y su sequito de clones se burlaban de él.
A esa tierna edad, me dolía pensarlo. Estaba muy cambiado, ahora era alto, yo parecía una niña a su lado. El era más delgado y bajito y ahora alto y muy fuerte con un cuerpo estilizado, pero sus ojos no cambiaron ni su mirada triste, tampoco su dulce sonrisa.

-No sé qué decir – ya no podía contener el silencio.
-Yo tampoco – dijo un poco tímido, claro después de esto qué pensaría.
-Solo te pido, que si tú no quieres volver a hablarme, no me odies.
-Odiarte, yo no te puedo odiar por el simple hecho de que me digas, lo que sientes, pero yo no te puedo corresponder – los músculos se me tensaron y me puse algo seria.
-Ah…entiendo, perdona.

En ese momento Derek se dio la vuelta e iba a irse, yo no quería que se fuera, lo tome del brazo y lo detuve.

-Pero…no te vayas, podemos conocernos mejor – una sonrisa salió de su cara, yo no quería que se fuera, yo sentía lo mismo, pero tenía que conocerlo mejor.
-Creo que es una buena idea – respondió
-Excelente, será mejor empezar de nuevo.

-Hola, soy Alicia Campbell.
-Mucho gusto soy Derek jones.

Ambos, soltamos unas risotadas, que se escucharon por todo el estacionamiento. Era mejor empezar desde cero. Aun me sentía atraída hacia él, aunque fingía. Cada día que pasaba con él me sentía tan feliz, era lo mejor que me había pasado. Pero todo eso se vería estropeado cuando llegaron ellos.

Ya habían pasado, tres semanas desde que Derek había llegado, siempre estábamos juntos, éramos los mejores amigos en toda la escuela.
Solo el y yo, a pesar del corto tiempo que había pasado me moría mas por decirle lo que sentía por él.

Todo eso cambiaria, después de su llegada.

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