viernes, 14 de mayo de 2010

Capitulo 5 -El Taller- (Un Verdadero Desastre)

Capitulo 5


~El Taller~


<< ¡No! >> –gritaba eufórica. Miraba el cuerpo destrozado de Derek, bañado en su propia sangre…pero esto era un sueño.
“debo despertar” “debo despertar”.

Me levante jadeando, con los ojos llorosos, todo había sido una pesadilla una horrenda pesadilla. Mire el reloj que había en el buro, ya era tarde para el instituto, me duche lo más rápido, me lave los dientes y tome una rápido desayunó (beber café, era un rápido desayuno).

Mi hermana ya se había ido al instituto y mi madre… pues tuvo que viajar a Atlantic City, después de que mi padre había fallecido, mamá tuvo que hacerse cargo de la compañía de mi padre, era un empresario invertía en varias compañías(mayormente de mega monopolios). Así que ella no estaría, regresaría hasta el domingo ya que hoy era viernes.

Agarre mis llaves de la mesa y saque mi auto, me subí y lo puse en marcha, el día estaba nublado y no había mucho sol, parecía como si se hubiera esfumado, el viento entraba por las ventanillas de mi auto, la primera clase no sería con Derek era algo deprimente no poder estar con él.

Así que me tocaba el taller de teatro, algo realmente extraño ya que a mí no me apetecía llamar la atención de toda una escuela con mas 1000 estudiantes. Solo estaba ahí debido a que solo pintaría la escenografía. Llegue al estacionamiento del colegio y ahí estaba Derek, recargado sobre su preciosos convertible. Sonreí al verle y él me devolvió la sonrisa.

No sabía si contarle sobre la pesadilla, era algo horripilante, y además no quería amargarle el día. Me estrecho la mano para después atraerme contra su pecho, aspire todo el dulce perfume que derramaba su pecho y lo abrace poniendo suavemente mis labios contra los suyos.

-Tenemos que irnos – dijo, mientras se separaba de mí.
-Un minuto más – suplique.
-Está bien, un minuto más no hace daño – sonrió.
-Lo seguí besando, dulcemente pero de pronto un ensordecedor ruido hizo que nos apartáramos. Ambos volteamos a ver que causaba aquel ruido o más bien rugido.

Era Gabriel, acompañado por la misma chica que había visto ayer, aunque traía más acompañantes, una joven de cabellos dorados y un muchacho de hebras negras. Todos con piel marmórea y absurdamente bellos.

Derek, tenía los ojos abiertos como platos, todos ellos parecían haber salido de una revista de modelos. Sin más retardos Derek y yo decidimos entrar al instituto, entonces vendría la tortura, “taller de teatro”
Entre al auditorio del colegio ya ahí estaba la profesora, Susana Montero, una apasionada a las artes y literatura.

-Muy buenos días – saludo a todos nosotros.
-Bueno, creo que ya se han dado cuenta de que hay nuevos alumnos en la institución. Entonces les presento a vuestros compañeros que se unen a la pasión por la actuación, Gabriel puedes pasar.

No podía creerlo, Gabriel en el taller, aquí empecé a sospechar que me seguía…pero qué tontería, seguro le interesarían chicas guay como mi hermana.
Cuando me di cuenta el tenía clavada la mirada en mi, con esos ojos color miel, aun sentía el ardor de su mirada en mi. No le tome importancia y me dirigí a pintar unos árboles de papel mache combinado con cartón.

Entonces empecé a charlar con Sara Stevenson, la mejor guionista de obras que tenía el colegio.

Ella tenía algo en común conmigo ambas amábamos los libros, pero su pasión de ella era hacer obras de teatro, incluso ya había hecho su adaptación de romeo y Julieta y muchas otras obras literarias, pero ahora leía lo que se ha había convertido en un fenómeno mundial el libro de “crepúsculo”, me había contado que trataba sobre una chica humana enamorada de un vampiro e incluso ella se había inspirado en eso para adaptar una obra de ella.

La verdad yo no creía en los libros modernos para mi eran puro marketing.
Seguimos charlando, pero no pude evitar, preguntarle sobre qué opinaba del chico nuevo.

-Sara – dije cautelosamente.
-si – respondió, sin mucho afán
-¿Que te ha parecido, nuestro nuevo compañero? – trate de no mostrarme muy entusiasmada.
-Que es muy apuesto, sin duda alguna, aunque te mira mucho.

No dije nada, solo me quede pensativa, era obvio que todos se daban cuenta de que él me miraba. Termine de pintar aquellos arboles sin muchas ganas, la siguiente obra se llamaría “el poder de la sangre” su debut de Sara como autora de obras teatrales.

La historia central, era sobre unas hermanas separadas por la soberbia y la avaricia ah y por un chico. Creo que no he descrito a Sara, una chica de estatura promedio delgada cabello lacio y de color castaño oscuro, nariz fina y recta con pómulos resaltados y cejas rectas oscuras sus ojos de color azul oscuro, y muy reservada. Bueno creo que ya la he descrito no?

Sonó el timbre indicando que la primera hora había terminado. Al fin – pensé. Ya no soportaba estar ahí, con Gabriel mirándome, no me gustaba eso, tenía que preguntarle cual era su problema y el tendría que responder.

La segunda clase era física avanzada, aunque yo sabía muy bien todos esos temas, debido a que mi padre pasaba horas de su tiempo educándome, según él la educación del gobierno dejaba mucho que desear.

Entre al aula y Derek ya estaba sentado, lo bueno es que todavía no llegaba el profesor, me senté y nos miramos por unos segundos, sus dulces ojos azul topacio, hacían que me temblaran la piernas y mi corazón latiera como loco.
-La pasaste bien – su voz se oía algo enfadada.

-¿Por qué la pregunta? – dije incrédula. Aunque, en mi subconsciente sabia de que hablaba. Gabriel

-No, no la pase bien – repuse con orgullo.
Ahora que, él se ponía celoso de Gabriel, era algo patético, acaso no podía comprender mis sentimientos hacia él, acaso no se daba cuenta de que siempre que estaba a su lado mi corazón, parecía estallar dentro de mi pecho y comenzaba a palpitar desbocadamente.

El silencio reino, aunque el profesor Raphael aun no llegaba, entonces entro el “voz de caricatura”, con ese andar de grandeza que el creía que tenia.

-Bueno, el profesor Raphael no va a poder venir debido a unos problemas ajenos a él. Así que tendrán la clase libre, pero nada de desastres, si no el salón tendrá una llamada de atención, entendido – sonó amenazante.
Pero era algo bueno, ya que tendría tiempo para hablar con Derek. Quería aclarar de una vez por todas estas complicaciones.

-Que es lo que te pasa – trate de hablar lo mas serenamente.
-¿Qué me pasa mi? Debería preguntarte yo que te pasa a ti no crees, porque esa actitud, ese tal Gabriel, solo te sigue y aj me da coraje y tu no haces nada y ay, no se simplemente no se augh! – me quede boquiabierta, trate de entender todo lo que había dicho, pero él había hablado tan rápido.

Ahora entendía todo, el solo estaba asustado, asustado de que lo cambiara por aquel chico que parecía modelo. Me dio risa y me abalance sobre él para abrazarlo. Sujete con mis manos su rostro haciendo que él me mirara y pose mis labios con los suyos, el respondió rápidamente, nos separamos hasta que nos falto el aire.

-Yo te quiero – dije con voz firme y dulce a la vez.
-Lo juras – dijo él con voz temblorosa, como si la respuesta que saliera de mis labios fuera su vida.
-por mi vida, te quiero demasiado, no tienes idea de cuánto, no deberías preocuparte por eso.
-Está bien, pero… - suspiro. No sé si pueda controlarme. Me dan ganas de ir y partirle la cara a ese tipo.
-Derek – repuse con enfado.
-Tú no vas a partirle la cara a nadie, yo hablare con el está bien, pero no te alteres ni hagas cosas imprudentes.

Capitulo 4 -La Mentira-

Capitulo 4


~La Mentira~




Entramos a el salón 106, la mirada de Derek cambio se tenso y quedo estupefacto al ver a nuestro nuevo compañero, era fácil de entenderse esa belleza era absurdamente extraordinaria.

Las bancas eran de dos personas -¡perfecto!- así podría arreglar mejor las cosas. La profesora estaba sentada en el escritorio, pero pronto se iría. Según mi hermana la maestra Bridget, nunca estaba así que tendría tiempo a solas con Derek.

Voltee a ver a los demás compañeros y Gabriel mantenía la mirada fija en mi, sus ojos se encontraron con los míos. Los de él hermosos color miel y los míos verdes claros, rápidamente quite mi vista de el dirigiéndome hacia los orbes azules de Derek.

Ahí me encontraba yo, ya sentada alado de Derek y aun podía sentir la mirada que me quemaba de Gabriel. ¿Por qué me miraba así?, acaso estaba molesto conmigo porque yo hubiera provocado que él estuviera en detención. No soportaba tanto silencio y decidí arreglar las cosas con Derek.

-Derek, ¿Por qué estabas tan molesto? –necesitaba respuestas y el tendría que dármelas, el volteo y fijo sus ojos en mi.
-No estoy molesto – contesto bruscamente.
-¡DEREK JONES! – grite y los pocos compañeros que estaban voltearon a vernos, mi cara se puso roja como un tomate, me había ruborizado.
-Shhh…- dijo alguien, pero no le tome importancia.
-dime, por favor – chille.
-Que quieres que te diga? – dijo sarcásticamente.

Lo fulmine con la mirada y cruce los brazos sobre mi pecho. Derek me abrazo, pero yo lo aleje, su mirada se puso seria y triste, -¡maldición!- pensé, me dolía verle así y no me resistí mas, lo abraza con todas mis fuerzas trayéndolo hacia mi cuerpo.
El respondió al abrazo y me apretó más contra él.
Lo mire a los ojos sus hermosos ojos azul topacio, y entonces atrajo su rostro contra el mí y junto sus labios, besándome tiernamente y dejando ese sabor a miel en mi boca.

Pasaron las tres horas y seguíamos abrazados, pero… me di cuenta de que Gabriel nunca quito la mirada de mi, era como si sus ojos estuvieran ardiendo y me quemara con ellos. Sonó el timbre y la profesora entro por la puerta en ese momento nos separamos Derek y yo. Tome mis cosas y Salí con Derek por la puerta dirigiéndonos al estacionamiento.

Caminamos por los pasillos, ya no había nadie y entonces la cruda verdad me cayó encima, ¿Qué le diría a mi madre? ¿Cómo le explicaría mi retraso? Y entonces vi a mi hermana con el cuadro que apenas salía de su entrenamiento.

-Derek – susurre débilmente
-¿Qué tienes, te sientes mal? – dijo muy alarmado.
-no, es solo que….-no termine la frase. – tendremos que decirle a mi madre sobre nuestro… noviazgo
-Claro que le diremos, no soportaría verte a escondidas, quiero hacerlo oficial y no esconder lo que siento por ti – esas palabras me llegaron, el me quería, me quería demasiado y eso me hacia feliz.
-Que le diré, sobre que llegue tarde, sabes ella es muy preocupadiza, seguro a de estar toda alterada.
-Entonces te llevare en mi auto y así yo le diré la verdad – dijo con tanta satisfacción, que creó a él le fascinaba decir: “mi novia”
-Bueno, prepárate para tu funeral – dije en broma y ambos soltamos unas carcajadas.

Vi como Gabriel salía, hacia el estacionamiento y volvió a quemarme con su mirada, pero… entonces se le acerco una hermosa chica, de cabello castaño, ella tenía el mismo aspecto que el piel blanca como la cal y una belleza extraordinaria.
Mis ojos no perdieron de vista a ambos, ella volteo a verme y me fulmino con la mirada, sus ojos al igual que los de Gabriel me quemaban.

-¿entonces? – Derek me saco de la vista a ambos chicos
-sí, deberías decirle, pero como llegara mi auto no lo podemos dejar aquí.
-no lo sé y si… hoy vas a tu casa y mañana yo voy por ti para llevarte a la escuela?
-sí, me parece perfecto, así podrás pensar mejor, que le dirás a mi mamá.

Derek me abrazo de nuevo y me beso dulcemente, mi corazón tenía ese palpitar desbocado y en un momento creí que iba a salirse de mi pecho. El sonido ensordecedor de mis latidos era lo único que se escuchaba y Derek soltó una risita, su corazón latía tan rápido como el mío.

-ya te extraño – me susurro al oído.
-yo también.
-no quiero separarme de ti, no sé qué hare este tiempo en que no te veré – dijo con su dulce voz e hizo que me estremeciera.

Entre a mi auto, Derek se subió al suyo igual que yo, agite la mano en forma de despedida y encendí el auto, dirigiéndome a mi casa.
Estacione el auto en el garaje de la casa y mi hermana iba llegando en una camioneta junto con el cuadro de porristas. Entre y ahí estaba mi mamá sentada en el sofá de la casa.

Me miro atónita y en eso entro mi hermana con su grupo.
-¿Por qué llegaste tan tarde? – pregunto fríamente.
-eh…- fue lo único que dije.
Y en eso intervino mi hermana.
-Estaba viendo como entrenábamos, seguro que tendrá que hacerlo porque si quiero que ella se quede con mi puesto, tendrá que entrenar mucho – termino de decir y me guiño el ojo.
-bueno, espero que no se repita.

No sabía que decir, ella nunca me había sacado de un apuro se lo agradecería mucho.
-sí, quería verla como hacían todas esas cosas de porristas.

-bueno, espero que no se repita – dijo mi madre.

Subí a mi habitación y me recosté en mi cama, no sabía que pensar. Mi hermana Amelia me había ayudado con mentirle a nuestra madre y no era cualquier cosa, que ocultar.

Capitulo 3 -La Llegada-

Capitulo 3


~La Llegada~


Me levante para ir al colegio como era de costumbre. Me bañe y fui a lavarme los dientes me puse unos jeans y una blusa de algodón color azul celeste, baje las escaleras y tome mi abrigo color café.
Conduje hasta el colegio, estaba lloviendo como de costumbre. Llegue y estacione mi auto, me esperaba Derek, no podía creer que él fuera real. Todo podría decirse que era perfecto, al parecer el destino al fin se ponía a mi favor, todo el sufrimiento había valido la pena.

El me abrazo cuando baje del auto.
-Te extrañe, pequeña.
-No soy pequeña, solo soy bajita.
Me beso la frente y lo abrase. Desde la vista de cualquiera parecíamos novios, el nunca perdió la esperanza de que pudiéramos ser algo mas y yo no quería que la perdiera.
Ese mismo día le diría que, lo quería demasiado y al fin aceptaría su propuesta.
-Vamos a clases – dijo, alegremente, el era feliz al igual que yo.

La primera clase, que nos tocaba era historia con el maestro Larry
, veíamos el tema de la segunda guerra mundial. Derek me veía muy coquetamente, con aquella sonrisa tan hermosa suya.
En el almuerzo, al fin le pediría que fuera mí… novio ni yo podía creerlo, llego el almuerzo.
Derek y yo fuimos a comprar nuestro almuerzo y a sentarnos en la misma mesa vacía, lo primero que haría sería decirle todo cuando no tomara un bocado porque estoy cien por ciento segura de que lo escupiría.
-Derek –dije cautelosamente.
-¿sí?
-Te quiero decir algo – mi corazón empezó a latir muy rápido, parecía que iba a estallar por dentro.
-¿Qué quieres decirme? – sus orbes azules brillaban con intensidad.
-Recuerdas, cuando me dijiste en el estacionamiento que yo te gustaba.
-Por supuesto, no creo poder olvidar ese día.

Me limite a decir – si quiero.

De sus ojos salieron dos lagrimas, pero de felicidad y se abalanzo sobre mí, abrazándome.

Y me miro a los ojos con tal ternura, que no dude y lo bese dulcemente.

Me valía un carajo, si todos nos miraban, e incluso si mi hermana se lo dijera a mi madre
No me importaba, nada en ese instante tan especial era único y quería que no terminara.

Me despegue suavemente de los labios de Derek, se me había agotado el aire. Mis mejillas habían obtenido un color rosa y se me había quedado el sabor a miel de los labios de Derek.

-Te quiero – dijo en un susurro en mi oído.
-Yo también te quiero.
-Creo que todos nos miran, pero no importan ellos, solo tú y yo.
-Me parece bien. No puedo estar más feliz, que ahora – mi voz desbordaba felicidad pura.

No, podía creer que al fin mi corazón recibiera ese amor, de tal manera que, me parecía increíble, mis latidos sonaban demasiado fuerte, quería taparme los oídos.
Derek, me acurruco en su pecho y acariciaba mi cabello rubio. Había esperado tres semanas para al fin decirle lo que sentía.

-Jamás había sentido esto con nadie – me susurro.
-valió la pena esperar, tanto tiempo.
-la vida es buena.

Solo sonreía no sabía qué hacer, lo quería tanto, pero como demostrarlo. Nunca me había enamorado así de nadie.
Pero el profesor, Jonathan entro y nos vio como él decía “en una situación de demasiado afecto”, ya había castigado a mi hermana por besarse con Erick el jugador número uno del equipo de football americano.

-Alicia Campbell – grito.
-Derek jones –volvió a gritar.
-Me podrían acompañar, a la subdirección.

Nos pusimos de pie, yo sabía que iba a decir el profesor, lo veía a leguas, “en esta institución no se permite, ningún tipo de demostración de afecto” con su horrorosa voz de caricatura. Pero el no entendería, lo que sentía en ese momento, Derek jones se había vuelto la luz que iluminaba ese túnel oscuro, mi esperanza había renacido desde que mi padre había muerto.

Entramos, a la subdirección y empezó su discurso estaba a punto de dormirme, cuando dijo:

-se irán a detención, después de clases – su chirriante voz ya me había hartado, solo quería salir de ahí con Derek.
-Está bien – respondimos ambos.

Quería gritar -¡aleluya!-. Pero, el maestro me hubiese escuchado. Esta era la primera vez que iba a detención, estaba bien para mí. Pensaba en muchas cosas, cuando Derek me saco de mis pensamientos.

-Alice –dijo. –necesito ir por unos libros a mi casillero, no te importa que te alcance a algebra?
-no, ve yo iré al baño.
El se despidió con la mano, de todos modos nos volveríamos a ver en el salón.
Seguí caminando, miraba el piso cuando choque con algo o con alguien.

-ahg! – emití un quejido. Y caí en el frio piso.
-!oh ¡- perdona, dijo aquella voz, pero sonaba tan hermosa
De pronto mire a esa persona con la que había tropezado, -¡dios mío!-pensé. Era sumamente hermoso, un ángel caído del cielo, un dios rechazado del Olimpo, podría ser todo era extraordinariamente bello.

-Hola – dijo preguntando.
-ah… - aun esta aturdida por el golpe, había pensado que era la pared con quien había chocado.
-Te puedo ayudar - ¿Por qué jamás lo había visto en la escuela?, me preguntaba, mientras el parecía seguir, preocupado por mi. Volvi a la realidad y al fin conteste sus preguntas.

-Ah… perdona. – y me levante del frio piso.
-Perdona, no te vi – dije toda apenada y sonrojada.
Note que tenía una pequeña cortada en mi mano y salieron unas gotas de sangre, al parecer me había cortado con un pequeño vidrio que había en el piso.
Voltee a ver el rostro de aquel muchacho con cara de ángel, y sus facciones se habían puesto rígidas su cara estaba tensa y parecía algo asqueado.

Examine la cortada en realidad solo era la parte inferior de mi meñique. Por instinto succione las gotas que salían antes de desmayarme con el embriagante olor de mi propia sangre.
Había olvidado por completo que aquel chico seguía ahí, entonces decidí preguntarle su nombre.

-Perdona… ¿cuál es tu nombre?
-oh! Perdona, me llamo Gabriel.
-Mucho gusto –conteste gentilmente. –Gracias por ayudarme.
-Igualmente – su voz sonaba áspera y forzada como, si no respirara.
-Y tú ¿Cómo te llamas?
-Alicia Campbell.
-mucho gusto Alicia, perdona por haberte tirado, iba muy distraído.
-No importa, esto es típico en mí – solté una risita.
-pero…ay algo que no comprendo. ¿Por qué jamás te había visto en el colegio? – en si jamás lo había visto, mi voz sonó demasiado curiosa.
-Es porque soy nuevo vengo de los Ángeles, california.

Al parecer el pequeño condado de Hudson, new jersey, estaba atrayendo a nuevos estudiantes que venían de las megalópolis de Norteamérica.

Y entonces apareció de nuevo el profesor Jonathan, acaso el no podía ser más inoportuno. Al observarme, el profesor me fulmino con la mirada e hizo una mueca al ver a mi nuevo compañero y entonces abrió su boca, como de costumbre para regañarme.

-Señorita Campbell, sé ve que usted quiere otra hora en detención verdad? – no sé si era cosa mía, pero ese maestro siempre me odio. Por alguna tonta razón nunca creyó en la honestidad de mi persona.

-No profesor – me sonroje al ver la expresión de Gabriel, era de sorpresa yo no quería que se llevara una primera mala impresión.
-Joven Gabriel al parecer usted también quiere una llamada de atención, nuevo y ya con problemas – me molesto el comentario de el profe, ¿Quién era el para andar juzgando? Me entro la rabia, pero si…ash me molestaba no poder decir lo que sentía.
-No fue su culpa – respondí con voz dura.
-ah, entonces fue de usted.
-sí, fue culpa mía. Yo me dirigía hacia su clase y tropecé con mi compañero y henos aquí.

Gabriel, me miro sorprendido. ¿Qué era algo malo salvarlo de detención?
-bueno… -dijo el horrible voz de caricatura.
-Entonces serán dos horas más, señorita Campbell.
-¡no! – intervino con un leve rugido, Gabriel.
- fue mi culpa. Yo soy el que merece ir a detención.

Tal vez era bueno que llegara a esta escuela, pero eso no le basto al profesor para mandarnos a los dos a detención y el con tres horas al igual que yo.

Había algo, en sus hermosos ojos color miel. Pero era algo misterioso, algo que me ponía a dudar. -¡qué rayos!-dije para mis adentros.
No debía preocuparme por eso más bien por la excusa que le diría a mi madre Natalie Campbell, ya pensaba yo en qué forma explicarle para que no sospechara nada, claro que le diría lo que tenia con Derek pero… no era el momento.

Me dirigí hacia la poca clase que quedaba y Derek estaba algo enfadado, se lo recompensaría en detención.
Camine o más bien trote hacia mi asiento y me acomode en el pupitre, Derek ni si quiera se molesto en voltear a verme. Con que… quería jugar a la ley del hielo, ese era un juego de dos y me uniría muy rápido.

Termino la última clase. ¡Gracias al cielo! Ahora iría a cumplir mi castigo, Derek camino muy distante, ¿Qué tenía? Decidí tomarle de la mano y este se suavizo un poco. Ahora tendríamos que ir a nuestro calvario esperando ahí sin hacer… bueno si había algo que hacer abrazarlo y decirle lo mucho que lo quería, y la idea de inventarle una excusa a mi mamá despareció.

Capitulo 2 -Confesiones-

Capitulo 2


~Confesiones~



La alarma hizo que me despertara de un salto, me puse de pie y fui a ducharme, me lave los dientes y baje a desayunar.

-Hola, hija buenos días – saludo dulcemente mi mamá.
-Hola mamá.
-Toma tu tazón de cereal, vas a irte en tu auto o ¿tomaras el autobús?
-Me iré en mi coche.
-Está bien.

Termine de desayunar, y mi hermana ya se iba. Saque el auto del garaje y lo encendí puse el motor en marcha y conduje hasta llegar al colegio.
Estacione mi decrepito auto, un tributo a la era de piedra. En el camino hacia adentro me encontré con Liz, la co capitana del cuadro de porristas, estaba segura de que me preguntaría por Derek.

-Hola Alice – sonaba demasiada falsa como de costumbre.
-Hola – le devolví el saludo.
-Me preguntaba...
-Si.
-Si podrías, hablarle al chico nuevo, es que es tan guapo.

Quería arrancarle la cabeza, por alguna extraña razón, sentía unos celos enormes. Un calor recorrió todo mi cuerpo y las manos me temblaban.

-¿Entonces?
-¿Por qué me lo pides a mí?
-Es porque solo habla contigo y como nadie nunca te habla, pensé que podías no sé, elogiarme en sus platicas.
-Ah está bien, lo intentare – mentí
-Vale, está bien.

Había sido la peor conversación, no sabía si mencionarle a Derek lo que había dicho Liz.

Entre a la primera clase física avanzada. Como era de esperarse Derek se sentó a mi lado, siempre me sentía bien a su lado, era una emoción hermosa, que jamás había sentido. – hola. Su hermosa voz acaricio mi rostro.

-Hola.
-Me da gusto volverte a ver.
-Gracias – no sabía que contestar, no iba a decirle que me gustaba, que su simple presencia me hacia feliz.
-Podemos, hablar cuando termine la clase – me dijo en un susurro.
-Está bien – murmure.

¿Qué me diría?, me asustaba pensarlo. No entendía la razón de que él tuviera ese poder sobre mí.

El confundía mis sueños, estaba estancada en el, era como mi criptonita, mi mayor debilidad, ahora mi vida se basaba en el.
La clase paso muy rápido, ni siquiera había puesto atención. ! Basta ¡- pensé, un chico no podía atontarme de esta manera, tal vez solo tal vez era mejor que se fuera con las superficiales y todo el clan de “soy mejor que tu”.

Lo pensé un segundo, pero y si lo perdía si en realidad se dejaba llevar por ese mundo de mierda, al mundo donde pertenecía mi hermana, pero él no me pertenecía, no era mío – egoísta – eso era una egoísta.

Salimos al timbrazo y el tomo mi mano, como si nos conociéramos de toda la vida, como si fuéramos “novios”, se me revolvió el estomago al pensarlo.
-Debemos hablar en privado – me miro profundamente, parecía algo preocupado.
-Sí, pero en donde. En esta escuela hay oídos por todas partes.
-Solo sígueme.
Me llevo al estacionamiento, nos dirigimos a su auto el hermoso BMW convertible era igual de precioso que su dueño, y nos recargamos en la parte trasera del coche.

-Bueno, creo que te lo diré aquí.
-Está bien pero ¿Qué me vas a decir?

Volvió a tomar mi mano, no había notado que su mano era muy cálida.

-Me gustas si, está bien ya lo dije.

Me quede perpleja, acaso había oído bien. Mi corazón palpitaba muy rápido sentía que se me iba a salir. Mi cara se puso colorada, el pánico me inundo. No sabía que responder.

-Pero, ¿Cómo?
-La verdad, es que tú ya me conocías.
- ¿sí?, pero como de donde.
-Aquí mismo, en este pueblo. Teníamos 13 y yo vivía antes aquí. Yo, no hablaba con nadie y cuando entramos a séptimo grado, te vi y la verdad me enamore de ti, si sonara estúpido y solo éramos niños pero en realidad me gustabas, nos tuvimos que ir de nueva jersey y me dije que algún día volvería y al fin te diría que me gustas.

-Ah… pues…
-No, no digas nada.

En serio no sabía que decir, él destino me jugaba una treta. Trataba de buscar en mi cerebro, recuerdos de él, ahora me venía uno, el primer día de escuela, me senté alado de él y ninguno hablaba. Nunca le dirigí la palabra, solo recordaba que mi hermana y su sequito de clones se burlaban de él.
A esa tierna edad, me dolía pensarlo. Estaba muy cambiado, ahora era alto, yo parecía una niña a su lado. El era más delgado y bajito y ahora alto y muy fuerte con un cuerpo estilizado, pero sus ojos no cambiaron ni su mirada triste, tampoco su dulce sonrisa.

-No sé qué decir – ya no podía contener el silencio.
-Yo tampoco – dijo un poco tímido, claro después de esto qué pensaría.
-Solo te pido, que si tú no quieres volver a hablarme, no me odies.
-Odiarte, yo no te puedo odiar por el simple hecho de que me digas, lo que sientes, pero yo no te puedo corresponder – los músculos se me tensaron y me puse algo seria.
-Ah…entiendo, perdona.

En ese momento Derek se dio la vuelta e iba a irse, yo no quería que se fuera, lo tome del brazo y lo detuve.

-Pero…no te vayas, podemos conocernos mejor – una sonrisa salió de su cara, yo no quería que se fuera, yo sentía lo mismo, pero tenía que conocerlo mejor.
-Creo que es una buena idea – respondió
-Excelente, será mejor empezar de nuevo.

-Hola, soy Alicia Campbell.
-Mucho gusto soy Derek jones.

Ambos, soltamos unas risotadas, que se escucharon por todo el estacionamiento. Era mejor empezar desde cero. Aun me sentía atraída hacia él, aunque fingía. Cada día que pasaba con él me sentía tan feliz, era lo mejor que me había pasado. Pero todo eso se vería estropeado cuando llegaron ellos.

Ya habían pasado, tres semanas desde que Derek había llegado, siempre estábamos juntos, éramos los mejores amigos en toda la escuela.
Solo el y yo, a pesar del corto tiempo que había pasado me moría mas por decirle lo que sentía por él.

Todo eso cambiaria, después de su llegada.

Capitulo 1 -Encuentro-




Capitulo 1

~Encuentro~


Estaba estacionando mi coche en el estacionamiento del colegio, ya era tarde para algebra, el maestro Jonathan no me lo perdonaría, ya eran dos veces seguidas que llegaba tarde, “será mejor que no llegues tarde o si no te repruebo en todo el semestre” –recordé lo que me había dicho.

Salí como rayo pero era demasiado lenta mis pies humanos, no podían deslizarse a la velocidad necesaria, siempre había sido torpe al extremo, y de piel delicada. Solo un rasguño y salía un chorro de sangre. Mi aspecto tampoco era el más favorable, pálida, delgada con ojos verdes y cabello rubio rizado, un poco bajita y tímida. Algunos al darles esta descripción creían que era toda una belleza, pero todo lo contrario a pesar de ser delgada no tenía un cuerpo escultural, tenia los pómulos muy resaltados, mis labios carnosos y gruesos aunque en una cara pequeña, una nariz pequeña y respingada ojos grandes y rostro ovalado. Aun así no me importaba mucho el aspecto, era algo sumamente superficial, juzgar ah alguien por su aspecto no es lo más inteligente.

Aun así la belleza existía en todo, seguía caminando o más bien trotando. Había llegado al salón -¡si¡-dije para mis adentros. El maestro no había entrado, al momento de entrar un segundo después llego el profesor.
-buenos días – dijo con su voz de caricatura muy propia de él.
- buenos días – contestamos al unisonó mis compañeros y yo.
Tomo asiento en el escritorio,- bueno saquen su libro y ábranlo en la pagina 256. – pero antes les tengo que decir algo.

Todos nos quedamos extrañados, en este pueblo nunca ocurría nada nuevo.
-Tenemos un nuevo estudiante. El viene de una gran ciudad nueva york, así que no le hagan preguntas hostigantes ¿sí? – termino de decir.
-Bueno entra por favor.

Por la puerta entro un joven apuesto, de piel olivácea y cabello oscuro como la noche. Era alto y se veía fornido, parecía un muñequito de porcelana, salvo por su color de piel.
¡Maldita sea!- pensé, yo era la única con un asiento vacío, siempre me pasaban este tipo de cosas, yo bueno “no era la mejor socialista de la escuela”.

Entonces el maestro decidió presentarlo.
-El es Derek jones, su nuevo compañero y alumno de esta institución.
-Bueno Derek toma este asiento alado de Alicia.
“genial”-dije para mis adentros.
El se dirigía hacia mí, solo el que se acercase hacia que me ruborizara, mi corazón latir rápido, parecía que de un momento a otro iba a estallar. Tenía un andar tan grácil, que me quede impactada, por no decir que se me salía la baba. Se sentó y yo no dije nada, siempre estaba callada, hasta que el rompió el silencio.
-Hola – su voz parecía el cantar de los ángeles.
-Ah hola.
Soltó una risa, algo tímida y en voz muy baja.
-Esta bueno el chiste – dije con sarcasmo.
-Este… no es muy bueno.
-Me llamo Derek. Pero creo que de eso ya te diste cuenta.
-Si, si me di cuenta – le dedique una sonrisa.
-Bueno y tu ¿Cómo te llamas?
-Oh claro perdona mis modales. Mi nombre es Alicia.

Al parecer no había oído bien mi nombre cuando el maestro le indico que se sentara.

-Bueno es un gusto conocerte.
-Igualmente – mi cara se había puesto toda colorada.
-Bueno será mejor que pongamos atención a la clase.
-Sí, creo que sí.

Me sonrió, sentía como mi corazón golpeaba mis costillas, jamás en mi corta vida y adolescencia me había sentido atraída hacia un chico ¿Por qué él? ¿Por qué ahora? No lo sabía simplemente, sería mejor olvidarlo.
Sonó el timbre, y todos los alumnos salimos, salvo yo porque el profesor quería hablar conmigo.

-Alicia, ¿Por qué tienes estas notas tan bajas?
-Ha sido un año difícil.
-Lo entiendo, pero me sorprende que tengas notas excelentes en las demás asignaturas y pues en mi clase no.
-Estoy tratando de subir mis notas profesor, si se me dificulta pero tomare asesoría, en verdad quiero subir, porque eso me afecta mucho.
-Está bien, espero resultados, bueno ya puedes irte.

Salí, para almorzar en la cafetería, de pronto Derek se acercaba a mí. Acaso había logrado que el juguete nuevo de toda la escuela me hiciera caso a mí la freak de la escuela, el ratón de biblioteca, que se pasaba su tiempo libre leyendo y estudiando.
Tal vez sí.
-Hola otra vez, ¿puedo sentarme aquí?
-Claro.
-¿Qué lees?
-Es mi manoseado ejemplar de “viaje al centro de la tierra”.
-¿Por qué el interés?
-No lo se me siento algo extraño, todos me miran y las chicas me aterran, solo oigo sus voces en mi cabeza.
-Ah sí, entonces soy la excepción.
-Claro. Tú no me tratas como un juguete nuevo. Y eso me hace sentir bien.
-Qué bien, espero no molestarte con este comentario.
-¿Por qué dices eso?
-Es solo, que ellas te miran como el novio perfecto o algo así y ellos como un rival, sabes aquí en este pueblo nunca pasa nada y eres como un objeto brillante que le muestran a un niño.
-Guau, en serio me ven como eso? Y tú ¿cómo me ves?
-Eh este pues como un nuevo alumno ¿Cómo te debería ver?
-Bueno creo que eso está bien, ¿amigos?
-Claro

Me había hecho amiga del chico nuevo y apuesto. ¿Qué horror? –pensé. Me ganaría unas enemigas, pero se les pasaría el gusto, de un momento ah otro me hundí en mis pensamientos, no me di cuenta y en ese instante el me dio un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, me puse toda colorada y mis pálidas mejillas se pusieron rosadas.
-¿Por qué eso?
-No lo sé ¿te molesto?, si es así perdona.
-No, no te preocupes.
-No en serio si te molesto, solo dímelo. No trates de ser amable, me sentiría muy mal de echar a perder esto.
-No ya te dije, no hay problema, solo olvídalo.

Ambos nos dimos cuenta que todos los ojos en la cafetería estaban clavados en nosotros. Soltamos unas risitas, parecía que hubiésemos dicho que el mundo se acababa o algo así, me sorprendía como se impresionaban fácilmente y note entre esas miradas la de mi hermana, la muñequita, el clon de Barbie la porrista y supuestamente popular. Amelia, era tan superficial, pero aun así ellas hacia que nadie me molestara, con tal que no dijera que somos hermanas.

El almuerzo había terminado y era increíble porque a Derek le habían tocado las mismas clases así que él se sentó a mi lado en todas. Paso el día hasta que salimos de el colegio, me subí a mi coche un viejo pero en buen estado, Volkswagen, escarabajo color gris y el se despidió de mi, a diferencia el tenia un despampánate BMW negro. Arranque y puse primera, el coche no era muy veloz pero estaba bien, mi hermana en cambio tomo su Volkswagen beetle convertible blanco con capota negra y llego antes que yo a la casa, estacione el coche en el garaje, entre y ella me tomo del brazo.

-Tenemos que hablar – dijo con voz amenazante.
-Está bien, pero suéltame.
Subimos las escaleras y entramos a su habitación.
-¿Qué relación tienes con el chico nuevo?
-Es mi amigo
-¿Cómo…es que se lleva contigo ya mi ni siquiera me miro? – parecía que había lastimado su gran ego.
-No lo sé simplemente me hablo.
-Ash – soltó un pequeño rugido, y mantenía la mirada tensa.
-Qué tiene eso de malo.
-Todo, es tan apuesto y viene y te hace caso a ti es solo…. – no termino la frase.
-Que te duele que por, primera vez alguien no te haga caso.
-Si.
-No es mi culpa, creo que mejor me voy.

Baje otra vez y mi mama había vuelto de hacer las compras. Hice mi tarea, estuve leyendo cene me lave los dientes y me fui a dormir.

Prologo




Prologo.


Mis miedos subían de intensidad a medida, que él se acercaba con una mirada fulminante, sus ojos azul topacio, hermosos. El fin se acercaba, él era el amor de mi vida pero también mi peor enemigo. Que debía hacer, las únicas opciones que tenia eran asesinarlo o dejar que el me matara. ¿Qué debía hacer, morir o asesinar? No lo sabía pero, aun muerta a pesar de que el la provocara lo amaría

Presentacion


Hola a todos pues, yo escribia en el metroflog, pero me quede atrapada y no podia cerrar secion asi que tuve que cerrar mi mf buh!! u_______u ke mal.


bueno el caso es que escribire aqui en el blog


xD bueno dejen comentarios y

yo pasare a su mf o blog jeje



espero les guste mi novela


a mi name es Cassandra Castillo


, actualizare casi todos los dias


bueno dejare el prefacio u prologo


lean y comenten